PROPUESTA MINGA NACIONAL UNIVERSITARIA
SOBRE REFORMAS Y FINANCIACIÓN
Reconocemos que la educación es un derecho fundamental, y para que pueda ejercerse efectiva y dignamente son necesarias ciertas condiciones anteriores, tales como vivienda digna, alimentación balanceada e infraestructura física, todas ellas recogidas dentro de la idea de bienestar universitario, sin embargo, y pese a esta exigencia, hoy en nuestras universidades bienestar es tan sólo un premio para quienes logran una cierta “excelencia académica” acompañado esto también de un fuerte recorte presupuestal que no permite el ejercicio pleno de nuestro derecho a la educación. Este derecho a la educación debe ser ejercido en autonomía, es decir, la reproducción y creación de conocimientos no deben estar determinados por los intereses del mercado o las grandes empresas, hoy en nuestra universidades vemos que le presupuesto estatal se ha reducido, invirtiendo en ella para la extensión y la investigación los capitales privados, de este modo la investigación no responde a las problemáticas de la sociedad en general.
La educación no debe verse como un recuento de cifras, de alumnos graduados, de cobertura en aumento o de aumento de profesores que entran a formar parte de la nómina universitaria. Las universidades sufren un proceso de mercantilización del conocimiento en el que la calidad académica y los niveles de compromiso por parte de la administración tanto con el país como con el estudiantado y la academia bajan. Los profesores de dedicación completa disminuyen mientras que los ocasionales aumentan, éstos no están involucrados en procesos de investigación que responda a los intereses de las minorías étnicas ni de las mayorías desposeídas.
Así mismo, las reformas que actualmente se impulsan a nivel nacional buscan invisibilizar el accionar político de los y las estudiantes. Se implementan mecanismos reductores del tiempo dentro de la universidad, como por ejemplo la bolsa de créditos y aún peor, estatutos de comportamiento que articulan a la totalidad de la comunidad universitaria dentro de un plan de seguridad en el que obligatoriamente deben participar o recibir fuertes sanciones disciplinarias en las que llega a hablarse de judicialización.
De esta manera, los estudiantes como sector social diverso, en el que se ven reflejadas las problemáticas sociales, estamos llamados a construir una academia crítica, propositiva, comprometida y activa en la transformación y solución de las diversas problemáticas de la sociedad colombiana. Así nos comprometemos a continuar con esta gran minga de resistencia de los pueblos para de esta manera construir estos espacios de reflexión y cambio.
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